A mi tío Alberto
Si vences a la muerte
te rapará la cabeza
y pegará con cinta scotch
un moño rosa sobre tu cráneo.
Tu ojos estarán cansados
(así seas aún muy pequeña).
Osaste ver la fragilidad de la existencia
(deberás ahora recuperar el brillo en la mirada).
¿Cómo, si ya sabes que te irás?
¿Hay alguien en el mundo que te devuelva la esperanza?
Hippie me nombraste intuyendo mi búsqueda.
Y comencé a mirar a la tribu de la ciudad como a hermanos.
Cabellos largos, ropas sueltas, pies descalzos.
Tuyo, mío, ¿qué importa?
Cuando desaparecieron los errantes en los parques
me refugié en los cines.
Iba sola a ver películas aburridas
que son ahora poemas.
En una, el hombre-dios me dijo:
“No brilles más de lo permitido;
quienes lo hacen se van antes”.
Tuve miedo, y me hice una chica buena.
Hice deporte a diario, comí sano,
me alejé del jugo de uva,
dejé crecer mi cabello
y solo dormía con mi enamorado,
El verano del amor se ha ido contigo.
No olvides llevar flores en el pelo.
Lima, 17 de marzo de 2021
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