Dejar atrás el
amor,
dejar de respirar,
me acerqué lo
suficiente para aprender tu aliento,
inundarme con el
olor silencioso de tu respiración,
aquel que esconde
lo que sientes.
Callaste y el
mundo llegó en otro sentido.
Ni tú ni yo en el
lugar soñado.
Es condición de
lo perfecto ser efímero.
¿Te imaginas a la
belleza repetirse día tras día?
Aquello que
origina mi nostalgia es también condición
de lo que debió
ocurrir para poder quebrarme ahora,
cuando te pienso,
cuando me pienso, distinta e idéntica
a lo que soñé de
mí misma.
Nadie añora lo
que posee.
La imposibilidad
es ante todo una promesa,
la postulación
del deseo futuro,
y el deseo es la
poción para seguir viva,
en medio de un mundo
que se acaba,
ahora que mi
cuerpo dejó de brillar como luciérnaga en las noches despejadas.
Estuviste en el
verano de mi existencia,
y no puedo evitar
llevarte conmigo.
Si me apago, si
la chica que conociste dejara de estar,
quedarán contigo
estas palabras,
lo único con lo
que cuento para decir lo siento.
Lima, noviembre de 2020